Despedida

La crueldad en ti

me quema lentamente, y deja en mí

heridas sangrientas.

La sonrisa

en mis labios se congeló incomprendida.

Mis ojos ya no quieren verte

y se rinden.

Después de esta larga despedida

y tantos sueños

que murieron al camino. Recogeré

los trozos de mi alma desgarrada

y los pondré en un altar,

más elevado.

Así que nadie podrá tocarla ...

¡A ninguno le daré la llave

para lastimarla!

Cuidaré de ella,

porque es mi mayor tesoro,

¡porque es todo lo que tengo

y tendré!

Me preparé.

Y mi maleta favorita arreglé.

Que me espera

un camino de espinas,

¡el más interminable del destino!

Buscando a mi dignidad perdida

en aquella jungla de maldad

tan protegida.

Tú cuidate,

y olvídate de mí,

porque ya vi,

¡fui demasiado para ti!