Destino
- alternativanely
- 26 may 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 nov 2024
Estoy cansada de garabatear
pensamientos medio hablados,
hacer caminos en oscuridad
entre arbustos sordos, erizados,
en los bosques escabrozamente olvidados.
Magullados mis pies
dejan marcas sangrientas,
al tocar el suelo gritan otra vez,
y las espinas se me clavan
más adentro.
Me aborrezco
que me tergiversen cada vez.
Decidí: será mejor callarme.
Porque todos suelen reír
del "mendigo" aquel,
cuando ven a sí mismos
en la cara ajena.
Pocos tienen el coraje de verse
en el reflejo del prójimo,
para dejar de juzgar.
Y el resto, blasfemando e injuriando,
aparentan odiar a otros,
pero realmente odian
su propia miseria
que ven en los demás.
¡Me cansé extremadamente
de enseñarles el camino!
¿Tal vez, prefieren caminar ciegos
hasta el final?
Persuadiéndose de que pueden ver
detrás de sus espaldas,
lo más considerable no valoran,
ni consiguen comprender.
Me rindo.
Dejo de hablar,
que no me quedan más fuerzas.
Aún me queda ruta larga por andar.
Me sentaré aquí debajo
del roble centenario y noble,
antes de que la noche
turbulenta caiga,
para devorar mi paz.
Que el amanecer vendrá con gloria,
necesitaré fuerzas para resistir.
Y seguiré luchando sin parar
(no porque lo quiera)
pero a mí me toca
este "honor" cruel:
arder por los demás.
¡Cómo me gustaría ser
como el resto!
Creer en las mentiras sin cuestionar.
Mentiras que el ego crea,
y esconde sutilmente la verdad.
Que la verdad duele en el alma,
por eso pocos la prefieren ver.
Son escasos los humanos
con sentidos,
y son muchos los "diablos"
que te quieren poseer.
Intenté negociar con el destino,
que mande este "privilegio" a otro ser.
Pero él se niega a escucharme
de nuevo,
el regalo, a pesar de todo,
dijo que es lo mejor de él.
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